¿Qué es la taxonomía verde?

Qué es y Cómo evaluarla

Imagínate que estás en un supermercado, pero en lugar de elegir entre diferentes tipos de productos, estás eligiendo entre actividades empresariales. 

Algunas de esas actividades son «verdes» porque contribuyen de manera genuina a mejorar el medio ambiente, mientras que otras sólo dicen serlo (sí, estamos hablando de ese famoso «greenwashing«). 

La taxonomía verde es esa herramienta que la Unión Europea ha desarrollado para ayudarte a separar las “frutas frescas” de las “manzanas podridas” en el ámbito ambiental y asegurar que realmente estamos eligiendo algo bueno para el planeta. 

 La misión de la taxonomía verde

Esta herramienta de clasificación nació con una misión muy clara: ayudar a los inversores, las empresas y los consumidores a entender qué prácticas son realmente sostenibles. 

De esta forma, podemos asegurarnos de que el dinero fluya hacia proyectos que sí están comprometidos con reducir emisiones y proteger nuestro entorno. 

Con la taxonomía verde, se definen seis objetivos básicos que una actividad debe cumplir para ser considerada sostenible.

Estos son como las “reglas de oro” que aseguran que no nos desviamos del camino.

¿Quieres saber cuáles son? Vamos a verlos uno a uno.

Los seis objetivos de la taxonomía verde

1. Mitigación del cambio climático

No es nada nuevo, pero sigue siendo el principal.

Aquí entran actividades como las energías renovables, que están en la línea de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (¡como el CO2!).

2. Adaptación al cambio climático

No basta con reducir emisiones, también hay que prepararse para los cambios.

En esta categoría encontramos las prácticas empresariales que protegen nuestras ciudades e infraestructuras frente a inundaciones, tormentas o sequías.

3. Protección de los recursos hídricos

El agua es uno de los recursos más valiosos y, lamentablemente, también de los más amenazados.

La taxonomía verde apoya aquellas prácticas que garantizan un uso sostenible del agua.

4. Economía circular

¿Has oído eso de “reducir, reutilizar y reciclar”? Pues eso, pero a nivel empresarial.

En este apartado entran las empresas que adoptan prácticas como la reutilización de materiales, para que el ciclo de vida de los productos no acabe en la basura tan rápido.

5. Prevención y control de la contaminación

La idea aquí es que no vale sólo con ser un poco menos contaminantes.

La taxonomía exige un esfuerzo proactivo por reducir los residuos y cualquier sustancia tóxica que las empresas puedan liberar en el aire, agua o tierra.

6. Protección de la biodiversidad

Este es el compromiso con nuestro entorno natural y la flora y fauna que lo habita.

Todo esfuerzo que ayude a preservar los hábitats naturales o a recuperar ecosistemas degradados es más que bienvenido.

¿Cómo funciona la taxonomía verde? 

La taxonomía verde funciona como un filtro para clasificar actividades en sostenibles o no sostenibles. 

Para una empresa, cumplir con la taxonomía verde es como tener un sello de calidad ambiental. Este sistema se basa en dos criterios principales:  

1️⃣ Contribución sustancial a uno de los seis objetivos que ya vimos.

2️⃣ No causar daño significativo a los otros objetivos (es decir, que por mucho que quieras mejorar la energía, no puedes hacerlo a costa de dañar la biodiversidad). 

Además, las empresas deben respetar ciertos estándares sociales y de derechos humanos. 

Este enfoque 360° asegura que los proyectos verdes también tengan un impacto positivo en las personas. 

Ventajas de adoptar la taxonomía verde

1. Aumenta la transparencia y reduce el greenwashing

Gracias a la taxonomía, es más fácil evitar que las empresas se vendan como «verdes» sin realmente serlo.

Este tipo de “etiquetado” es como un detector de mentiras que permite a los inversores saber dónde están poniendo su dinero.

2. Atrae a inversores responsables

Cada vez son más los inversores interesados en proyectos sostenibles, y cumplir con la taxonomía verde es una gran carta de presentación.

Imagínate que estás en una entrevista de trabajo y que tu “currículum ambiental” cumple con los mejores estándares; es casi seguro que llamarás la atención.

3. Fomenta la innovación verde

Algunas empresas ven la taxonomía como una oportunidad para innovar.

Este marco regula muchos sectores (energía, transporte, construcción), por lo que hay un incentivo real para que los negocios se adapten e inviertan en nuevas tecnologías y soluciones sostenibles.

4. Facilita la comparación

La taxonomía verde ofrece un sistema unificado para toda la UE, lo que ayuda a comparar prácticas entre diferentes países y sectores.

Es como si todos los participantes de una carrera comenzaran desde la misma línea de salida, lo que permite evaluar el rendimiento de cada uno de manera justa.

Sectores clave que se benefician de la taxonomía verde

✅ Energía: Este sector es el epicentro de la sostenibilidad. Las empresas de energías renovables cumplen con la taxonomía verde desde el día uno. Para las demás, como las de gas o petróleo, la transición puede ser más lenta, pero no menos importante.

✅ Transporte: La taxonomía verde favorece a quienes adoptan vehículos eléctricos, combustibles sostenibles y transporte público eficiente. Aquí hay una gran oportunidad para reducir la huella de carbono.

✅ Construcción: En construcción, los edificios sostenibles y de bajo consumo son la prioridad. El uso de materiales reciclados y de fuentes renovables también cuenta a favor.

Finanzas: Los inversores y entidades financieras pueden evaluar sus portafolios en función de la taxonomía y ver cuánto de su dinero realmente contribuye a los objetivos ambientales.

Desafíos de la taxonomía verde

La taxonomía verde no es una receta mágica. Cumplir con sus criterios puede ser un desafío.

Aquí van algunos puntos clave para empresas y emprendedores:

1️⃣ La complejidad técnica: Cumplir con cada criterio y demostrarlo no es sencillo. Las pequeñas y medianas empresas (PYMEs), en particular, pueden necesitar ayuda externa para alinearse con estos estándares.

2️⃣ Medir lo intangible: Hay áreas en las que es difícil cuantificar el impacto. Por ejemplo, ¿cómo medimos con precisión el impacto de una práctica en la biodiversidad? Esto sigue siendo un reto.

3️⃣ Actualización continua: La taxonomía no es algo estático. A medida que surgen nuevas tecnologías y prácticas, el sistema debe adaptarse, lo que requiere que las empresas estén constantemente informadas y preparadas para cambiar.

Perspectivas futuras

Con el tiempo, la taxonomía verde incluirá más criterios sociales y humanos. Actualmente se centra en el aspecto ambiental, pero el siguiente paso es evaluar también el impacto social. 

Esto incluye temas como derechos laborales y equidad, lo que se conoce como taxonomía social.

También se plantea una clasificación “por niveles”, que permitirá que las actividades puedan ser evaluadas en diferentes grados de sostenibilidad. 

Esto es especialmente útil para industrias que están en transición, permitiendo que se clasifiquen como “verdes” en diferentes escalas (verde intenso, verde claro, etc.).

¿Cómo puedes empezar?

Si quieres que tu empresa o emprendimiento se alinee con la taxonomía verde, aquí tienes algunos consejos prácticos:

1️⃣ Evalúa tus actividades actuales: Revisa cada área de tu empresa y determina qué tan cerca estás de cumplir con los objetivos de sostenibilidad.

2️⃣ Invierte en formación: La sostenibilidad está en constante evolución. Mantente informado, y si tienes un equipo, considera programas de capacitación en sostenibilidad.

3️⃣ Busca asesoría profesional: Si estás pensando en atraer inversiones verdes, puede ser útil contratar expertos en sostenibilidad que te ayuden a cumplir con la taxonomía verde.

4️⃣ Sé transparente y proactivo: La transparencia es clave para atraer a inversores y clientes responsables. Haz un esfuerzo por mostrar en tu sitio web y redes sociales cómo tu empresa contribuye a los objetivos ambientales.

5️⃣ Actúa ahora: No dejes para mañana lo que puedes empezar hoy. Incluso pequeños cambios en tus prácticas diarias pueden marcar una gran diferencia a largo plazo.

La taxonomía verde no es solo una herramienta burocrática; es una verdadera guía para aquellos que desean hacer negocios sin sacrificar el planeta. 

Con este sistema, la UE está construyendo un futuro en el que el desarrollo económico va de la mano con la sostenibilidad, y tu empresa puede ser parte de esa transición.

¿Listo para sumarte al cambio?

Más Contenido

Cómo crear una empresa

Crear tu empresa

Legalidad Empresarial

Legalidad Empresarial

financiación para empresas

Financiar Empresa

Mejora Continua en una Empresa

La Mejora Continua

Sistemas de calidad para pymes

Gestión de Calidad

Recursos Humanos para Empresas

Recursos Humanos

marketing para empresas

Marketing Empresas

digitalización para empresas

Digitalizar empresas

Scroll al inicio